Escultura realizada para presidir
el ábside de la Iglesia Parroquia de Cristo Resucitado de Torremolinos
(Málaga).
La imagen ha sido realizada por
los escultores Dr. D. Miguel Fuentes del Olmo (Catedrático de Escultura) y Dr.
D. Guillermo Martínez Salazar (Profesor de Escultura) ambos de la Facultad de
Bellas Artes de Sevilla.
El trabajo ha sido realizado como
parte del proyecto docente para la ampliación de contenidos en los
procedimientos escultóricos y de tratamiento de la policromía. Éste, destinado
a los alumnos de quinto curso de modelado y los de cuarto y quinto curso de
Imaginería Polícroma. Todos han tenido la oportunidad de seguir el proceso
llevado a cabo; contemplando los procesos de estructuras para el modelado,
procesos de modelado a su tamaño definitivo, procedimientos de vaciado con el
empleo de moldes semiflexibles con silicona y resina, positivado en el material
definitivo en resina de poliéster termoestabilizada. Posteriormente, se ha
procedido al proceso de policromía con una base de dorado a la sisa, y las
encarnaduras al óleo siguiendo los procedimientos tradicionales que esta
técnica requiere.
En cuanto a la iconografía
representada, concluye con una imagen de dos metros de altura en la que
representa a Cristo Resucitado levitando y actitud de bendecir con la mano derecha, con
la mano izquierda sostiene una cruz, como símbolo del triunfo sobre la muerte.
El estilo se ha adaptado a dos
criterios estéticos que confluyen en un eclecticismo que conjugan el
expresionismo que define la obra del escultor Miguel Fuentes del Olmo y el
naturalismo que define la obra de
Guillermo Martínez.
Como consecuencia de ésta
simbiosis, se ha conseguido aunar dichos estilos que reflejan modos diferentes
de entender el arte de la escultura, pero no por ello desmerecen en el sentido
de religiosidad que la imagen transmite.
Destaca en la imagen, como se
desprende de anteriores prototipos y recursos escultóricos del renacimiento, barroco
o neobarroco actual. De este modo, la imagen nos evoca ciertos paralelismos con
el modelado más arcaico y primitivo de las imágenes bizantinas. La cabeza de
ojos penetrantes transmiten espiritualidad y conectan directamente con el
espectador. Por otra parte, el paño de pureza genera una descompensación
volumétrica que se compensa con la línea oblicua que describe la cruz. Las
formas plásticas de éste, son la causa de una investigación interpretativa de
las formas clásicas que han sido tamizadas por el estilo más cercano al
expresionismo abstracto que define la obra de Miguel fuentes.
La síntesis formal de la
interpretación anatómica, ha supuesto una adaptación consensuada en el modelado
de Guillermo Martínez, con el objetivo de adecuar la forma escultórica en un
concepto de unificación de estilos.
Muchas han sido las valoraciones
y críticas emitidas por expertos e historiadores a cerca de esta obra,
resultando siempre una crítica en la que valoran positivamente el resultado
obtenido, destacando la originalidad y transcendencia en la actualidad
artística de esta ciudad.
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