CRISTO NAZARENO
Imagen de la Parróquia de San Isidro Labrador de la Bobadilla (Jaén).

NAZARENO DE LA BOBADILLA (JAÉN)

La localidad jienense de la Bobadilla posee un patrimonio artístico en su iglesia que responde a las directrices de la gran reposición de imágenes que podríamos denominar de postguerra. En 1940 llegan a la Iglesia de San Isidro Labrador tres imágenes procedentes de Madrid, concretamente de la empresa dedicada a la facturación de imaginería Caderot. La estética empleada en la manufactura de este tipo de imaginería, corresponde en parte a un estilo que fusiona el neoclasicismo con las tendencias más tradicionales, debido en gran parte a que ya desde el siglo XIX se produce un divorcio entre el arte oficial más cercano a la academia que a la sensibilidad popular que se refleja en las obras de arte sacro.

Las corrientes afrancesadas que influyen en las nuevas estéticas plásticas, repercuten en la zona de Cataluña y Aragón a través de Ramón Amadeu  que consigue adaptar este nuevo estilo de la escultura monocroma y los antecedentes de la imaginería, principalmente de las Escuelas Castellana y Levantina. Analizando el caso, podemos observar en cuanto a la escasa calidad de los materiales una imaginería que derivará en lo que genéricamente denominamos “imaginería de Olot” por la afamada empresa de Gerona. No obstante, su facturación seriada es el resultado de una gran reposición de imágenes que hoy día perviven expuestas al culto en multitud de Templos.

Entre las imágenes llegadas a la localidad en los años cuarenta encontramos este Cristo Nazareno, la imagen refleja el momento de una caída en la que apoya una rodilla en tierra y la mano derecha se estriba sobre un montículo de piedras. Por lo anteriormente citado se trata de una obra producto de la seriación, realizada en escayola y en su interior mantiene una estructura de madera para sustentar los volúmenes de la misma.

En cuanto al ámbito personal, decir que me siento muy ligado a esta localidad dado que mi padre es oriundo de la Bobadilla y guardo muy buenos recuerdos. Esto supone un gran honor y una gran responsabilidad por mi parte, pues siento un profundo respeto por todas las personas de este lugar, y  que entiendo, que perciben esta imagen como parte de ellas, pues la convivencia y el tiempo que han pasado juntos la elevan a formar parte de su historia.